Sentir la lluvia en mi cara, notar las gotas caer en la cabeza, andar lentamente, dejándome mojar y empaparme de ella, mirar hacia arriba y sonreír, sonreír y acordarme de ti.
De imaginarte bailando bajo la lluvia, de pensar que te encanta como a mi, pensar en ti, en que ojala estuvieras conmigo en ese momento, disfrutando de la lluvia, que la gente nos mire mal porque nos guste eso.
Y ahora todo se resume en muy poco, en poco tiempo de saber de ti, en cortas conversaciones cuando te escapas en clase o en otro lado, en llamadas mientras bostezas de sueño a pesar de llevar todo el día dormida, ojala pudiera estar contigo más tiempo, al menos como antes.
Aun así soy feliz, de hablar contigo ese rato, de saber de ti, que estas bien, alegrarme por ello no sabes cuanto, ya que verte bien a mi ya me alegra, hablar contigo ya me hace feliz, con tan poco que haces ya es mucho para mi, demasiado para lo que me merezco ya que nunca puedo estar contigo cuando más lo necesitas, cuando más me necesitas, cuando en ese momento un abrazo te quitaría cualquier mal dentro de la cabeza, cualquier pena.
Y sigo esperando ese momento, soñando cada día en que llegue el día en que nuevamente te vea, si alguien me preguntara cual sería mi sueño, la cosa que más deseo, esa sería verte, estar contigo, abrazarte, verte simplemente, ver esa sonrisa, esa cara, todo.
Te quiero, no sabes cuanto y doy las gracias por haber conocido a alguien como tu.
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